Majaelrayo es uno de los municipios al noroeste de la provincial de Guadalajara, en las estribaciones del Macizo de Ayllón, a 1184 metros de altititud sobre el nivel del mar, al pie del pico Ocejón.
Con esa situación es fácil suponer la dureza de los inviernos en este pueblecito y en otros cercanos como el Espinar, Campillejo, Campillo de Ranas, Roblelacasa y Robleluengo, en la vertiente oeste del pico; y Almiruete, Palancares, Valverde de los Arroyos, Zarzuela de Galve y Umbralejo, en el lado este.
Este era el aspecto que presentaban las huertas nevadas y heladas el pasado sábado 19 de febrero. Aunque no hacía excesivo frío y la nieve empezaba a derretirse como si la primavera estuviera ahí mismo, en cualquier momento el manto blanco puede taparlo todo de nuevo. Eso se podía oler.
Ricos son en olores todos estos pueblos: leña ardiendo en los hogares, húmeda tierra ferruginosa por las pizarras, las jaras que todo lo llenan,… son aromas que no se olvidan.
Esta dureza climatológica podemos atenuarla con los remedios en forma de reconfortantes sopas, un par de huevos fritos con chorizo o buenas carnes a la brasa o asadas que nos ofrece el Mesón Jabalí en la misma Plaza de Majaelrayo, que, como podéis suponer, no dejamos escapar.
Por cierto, aquí os presento a Ramón, el simpático gorrino del mesón.