Alminar de la
mezquita de la Koutoubia
Esta esbelta torre a
todos nos recuerda a… ¡eso es: la Giralda de Sevilla! Fue modelo
para la nuestra.
Un agradable paseo
por este parque nos lleva hasta ella.
En una tierra tan
seca como es Marruecos, el agua está presente siempre.
Bien
canalizada por acequias se reparte, en este caso, desde la fuente por
la que llega, hacia todos los jardines, consiguiendo tal frondosidad
que hace que nos olvidemos de dónde estamos...bueno, eso nunca.
El
parecido de la Giralda se aprecia mejor al acercarnos, teniendo en
cuenta que el que fuera minarete de Al-Andalus tuvo modificaciones
posteriores.
La Kasbah
Nos
encaminamos hacia la kasbah para entrar en la medina.
El
color rojizo de las construcciones hace que las ciudades y, sobre
todo, los pueblos se fundan con el paisaje de campo abierto, además
de atenuar la luminosidad de la luz solar impidiendo así que haga
daño a la vista en cierta medida.
Nuestra próxima visita será a una de las joyas de esta ciudad.