Luna llena en Valverde.
Era por la tarde, ya anochecido o, por lo menos, con últimas luces.
Preparaban junto a la Iglesia, en el juego de bolos, un montón de leña y ramas que habían recogido por la tarde en el monte.
Luna, lunera...
Colgada
del cielo, viéndolo todo, iluminándolo todo, primero bajito, dibujando
con precisión las ramas de los árboles; luego, pasada la medianoche,
sacando brillo a las nieves del pico, como yo lo llamo, Señor Ocejón.
Noche
de enero, noche fría, como Dios manda. Sólo faltaban los aullidos de
los lobos, aunque aquí no gusten ni en foto. Animales sí se movieron. Por la mañana vimos en la
nieve pisadas de jabalís y de corzos que bajaron al arroyo en busca de
raices fáciles de sacar o de agua.
San Ildefonso es el patrón de Valverde y es tradición hacer una hoguera por la noche al son de dulzaina y tamboril, cuyos "palos" habían recogido por la tarde, misa y procesión el día de la fiesta y, a continuación, otra hoguera de menor tamaño que la primera.
La fiesta siguió en el pueblo y, a eso de las seis y media cuando nos íbamos, seguían humeantes los rescoldos de la segunda hoguera.
Fue otro estupendo fin de semana en Valverde de los Arroyos.
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