Un pie de gigante se
diría. Y gigante es si estamos a su lado. Un gigante que se agarra a
la tierra que lo vio nacer. Se sujeta a ella y a ella la mantiene.
Más, mucho más
pequeños somos nosotros y a veces la ignoramos, no la
mantenemos, la despreciamos, creyéndonos más fuertes, como si no
fuera necesaria para nuestra vida.
Aprendamos de este
simple, enorme, bonito y erguido árbol que sin decir palabra nos
grita con fuerza.
¡Escúchalo!
2 comentarios:
Bonitas palabras llenas de sentido común, acompañadas con una fantástica fotografía! Un abrazote!
Muchas gracias, Rafa.
Todo aquel con un mínimo de sentido cívico, con un poquito de espíritu de comunidad pensará así. Mírate tú...
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