El invierno es así: mientras el viejo árbol, majestuoso, está adormecido por el frío; la siempreverde hiedra no sólo no pierde su color, su brillo y su fuerza, sino que es precisamente en esta estación cuando da sus frutos.
Así desarrollará más envergadura durante la primavera, tapizando las tapias de las huertas y las paredes de las casas para hacerlas más frescas en el verano.
Pero para eso faltan algunos meses...
1 comentario:
Al, te la compro, ponle precio.
¿Es realmente hiedra?
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