Soñar parecía ser su ocupación en ese momento.
Si un niño no sueña, mal vamos.
Propicio en momento, propicio el ambiente y propicio el lugar.
Se trata del Fiordo de Geiranger, en Noruega.
Kilómetros de bellas laderas, cascadas, perdidas granjas y mucho más que dejo para otra ocasión.
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